ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO



Tus brazos, María, siempre abiertos.
Tus brazos, María, sosteniendo y animando.
Tus brazos, María, aguardando.
Tus brazos, Virgen María, acariciando.
Tus brazos, María, arropando y acunando.
Tus brazos, María, acompañando al que sufre.
Tus brazos, María, elevados hacia Dios.
Tus brazos, María, reconfortando.
¿Dónde el secreto de tus fuertes brazos?
No me lo digas, María, ya lo sé: Tus brazos
son prolongación de aquellos otros brazos 
que nos aguardan en el cielo: los de Dios.
HAZ MARÍA QUE NUESTROS BRAZOS
SEAN COMO LOS TUYOS.
AMEN.


No hay comentarios:

Publicar un comentario